La historia de los movimientos sociales es muy similar en todos los países de América Latina donde los partidos políticos fueron poco a poco, fundando las organizaciones sociales, como el medio para organizar a la población, según diversos intereses.

Apenas en las primeras décadas del siglo pasado, los fundadores de los primeros partidos políticos, antecesores de los actuales, generalmente provenientes del movimiento estudiantil, se dieron a la tarea de crear los primeros sindicatos y organizar a los campesinos, entre otros sectores de la sociedad. Este modelo sustentado en el esquema leninista de los partidos, se afianzó, incluso en el caso de las organizaciones de izquierda que constituyeron diversos "frentes" para organizar a las masas. Y que en el caso venezolano también tuvo su fuente en las aulas universitarias que desembocaron en la lucha armada de los años 60.

Referir los movimientos sociales es realizar una narración en paralelo con la historia de los partidos políticos. Es así como se desarrollan en el mundo, algunos movimientos de trabajadores con enfoque clasista, surgen el movimiento vecinal, el de mujeres que hoy en día ocupa un rol importante dentro de la participación política y empresarial de Venezuela así como en países por la defensa de los derechos humanos, pero también se producen algunas alternativas en el movimiento estudiantil, la mayoría reivindicando algunos niveles de independencia soberanía y autonomía.

La mayoría de estas iniciativas, aún está lejos de constituir movimientos sociales, y en algunos casos proveen un importante voluntariado para la ejecución de los programas sociales de gobiernos. Aún persisten los tradicionales y otros han cedido su fuerza para participar con más bríos en la acción gubernamental. Esto, lo han utilizado las fuerzas políticas que pretenden organizar a la sociedad desde el Estado en lo filosófico, social y económico que buscan favorecer esquemas de gobernabilidad y sustentabilidad en coordinación con los movimientos sociales existentes y nacientes.

Así, la Relaciones Públicas actual entre movimientos, Estado y los diferentes actores y elementos comunicacionales transitan un momento que dista de ser estable u homogéneo. A veces es tensa, en ocasiones es fluida, influye en ello el apoyo incondicional de grandes sectores de la población y factores del liderazgo social, económico político y cultural de los pueblos que interactúan en el entorno mundial.

Y aquí es donde entra en juego una mirada distinta a la tradicional, dónde los movimientos sociales, aún desde sus debilidades, necesitan del acompañamiento de RR.PP han podido abrirse paso en el nuevo Estado y ocupar espacio en las políticas públicas. Es entonces que los líderes sociales, ahora como funcionarios públicos, encarnan las plataformas de lucha del pueblo desde la institucionalidad y se orientan a mantener o contener las demandas sociales de grandes sectores de la población, en momentos donde la economía mundial es inestable en diversos sentidos.